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LA ZONA DE SEGURIDAD DE LA PLANTA DE GAS de MUGARDOS

ARTICULO PUBLICADO EN DIARIO DE FERROL el martes día 4 de Septiembre de 2007
por Manuel Afonso Domínguez (profesor de la UDC)

Unos vecinos de las proximidades de la planta de gas natural licuado (GNL) de Mugardos se encuentran encerrados en su Ayuntamiento en señal de protesta porque, según ellos, la Xunta de Galicia ha aprobado un Plan de Emergencia Exterior (PEE) basado en un informe de seguridad de la planta, elaborado por la empresa promotora, que no ha tenido en cuenta la normativa específica del sector del gas y porque además la instalación no cumple con los condicionantes de la autorización previa (B 176 del 24 julio de 2002). Los vecinos demandan una reunión con las máximas autoridades del Ministerio de Industria para pedirles que no emitan el ACTA de puesta en funcionamiento en tanto no se cumplan esos condicionantes y mientras el Tribunal Supremo no dicte sentencia. Estoy seguro que este alto tribunal decidirá a favor de los vecinos pues ya ha resuelto casos similares en este sentido y estas sentencias forman parte de la jurisprudencia de nuestro país.
Tienen razón. Este informe de seguridad se elaboró según la norma CPR 18E, conocido como “libro púrpura” y de aplicación genérica para las industrias químicas y no sirve para este tipo de plantas de GNL. Debería ser elaborado en base a lo dispuesto en la norma NFPA 59 A, la cual especifica la forma y los parámetros para la determinación de las distancias de separación “de los límites de la propiedad de la planta con respecto a la línea de propiedades en que se pueda edificar” (estas distancias suelen ser en plantas similares, de 550 a 1000 metros, aunque en España se exigen 2.000 metros según el reglamento RAMINP). De aquí las protestas de los vecinos pues algunos viven a 100 metros de distancia de la instalación gasista y argumentan además, que al lado de la planta existe una industria petroquímica incompatible con ella según las normas internacionales de prestigio del sector.

El mal viene de atrás, pues el informe de seguridad se debería haber tenido en cuenta en el momento de la decisión urbanística tal como exige la directiva europea Seveso pero, sorprendentemente y debido a la mala transposición de esta directiva al derecho nacional español, este requerimiento se ha dispuesto en la ley como potestativo de las autoridades y como la Xunta de Galicia es la autoridad competente y además copropietaria de la planta, decidió en aquel momento, no exigir este requerimiento. Se dejó para después, al igual que la norma NE 1532 que requiere la salida al mar de los buques gaseros en caso de emergencia y ahora resulta (ya se sabía) que el gasero no puede zarpar de forma inmediata y que en caso de incendio del mismo, por ejemplo, se decidió fondearlo en el medio de la ría y suponemos que para dejarlo a su suerte pues no se conocen las consecuencias inimaginables de accidentes de este tipo y por tanto tampoco los medios materiales y humanos necesarios para mitigarlas.

Curiosamente, cuando el Director General de Urbanismo de la Xunta emitió su informe favorable a la ubicación de la planta lo condiciona a “un estudio de seguridad de modo que se identifiquen y evalúen los riesgos para la población de los núcleos de viviendas próximas y proporcionar información suficiente para modificar, si es necesario, la ordenación urbanística de los suelos que puedan estar afectados por los riesgos de accidente”. Creo que el lector verá muy claro que aquí se hizo el trabajo al revés, pues primero se acepta el lugar de ubicación y luego, si hay riesgo, se recalifica la zona, perjudicando a los vecinos próximos a la planta, además de ponerlos en peligro. Como dice el refrán popular “de aquellos polvos vienen estos lodos”, pues técnicamente aquí sobra algo, o bien las casas de la zona o bien la planta de gas y sus gaseros.

En los países del primer mundo el debate sobre la ubicación de estas plantas de GNL no se centra sobre la norma NFPA 59 A ya que los poderes públicos de esos países exigen su aplicación de forma rigurosa. La discusión se plantea sobre las consecuencias de accidentes mayores provocados por derrames masivos de GNL debido a acciones terroristas, vandalismo, etc. o por el encallamiento de los buques gaseros y que de acuerdo con expertos del sector podrían producir dispersiones de gas inflamable alcanzando zonas situadas a varios kilómetros de distancia del lugar del accidente, bien sea en la planta o en el buque gasero y si este gas entrase en ignición provocaría quemaduras de segundo grado a personas situadas a 2 km. del lugar del vertido. Por la importancia que este tema tiene para la seguridad de la ciudadanía (artículos 43, 45 y 47 de nuestra constitución), sería justo y responsable que las Autoridades autonómicas o del estado requirieran el dictamen técnico de expertos internacionales independientes del sector del GNL para que no quede la más mínima duda sobre este asunto.

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09 2007

VERTIDOS A LA RIA DE FERROL

ARTICULO PUBLICADO EN DIARIO DE FERROL el jueves día 7 de junio 2007
por Manuel Afonso (profesor de la UDC)

Contrario a lo manifestado por Reganosa en los medios de comunicación (año 2001), el sistema para regasificar el gas natural licuado (GNL) en su planta de gas será de tipo abierto (ORV) el cual necesitará ingentes cantidades de agua de mar (más de 300 millones de litros al día). Con objeto de eliminar las incrustaciones biológicas que dañarían los sistemas y equipos de la planta, el agua de mar se impregnará con hipoclorito sódico. Este biocida se utiliza por tanto para MATAR a todo organismo marino que circule por este sistema de regasificación eliminando, de esta manera, las larvas y huevos de las próximas generaciones del pescado y moluscos de la zona así como también el diminuto plancton que forma la base de su cadena alimentaria. La zona de vertidos se convertirá en un área con degradación permanente pues el agua retornará estéril, contaminada y además muy fría, añadiendo así un factor más de agresión a la fauna y flora marina de la ría.

A estas conclusiones han llegado la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), la CCA (COASTAL CONSERVATION ASSOCIATION) y la EPA (ENVIRONMENTAL PROTECTION AGENCY), así como científicos de las universidades de Pisa y Bolonia en Italia y los de Lusiana en Lafayette (EE.UU.) en los estudios que han realizado sobre este sistema ORV de regasificación.. Por esta razón las plantas de GNL ya ubicadas en la costa de EE.UU. y las nuevas en proceso de aprobación, no usan este sistema. Los organismos antes citados así como los científicos y asociaciones medio ambientales tampoco están de acuerdo con su uso en alta mar y actualmente están librando una batalla política y legal para evitar que se autorice el uso de este sistema en las plantas Offshore. La doctora Susan Mopper, directora de Tecnología del Medio Ambiente y Ecología de la Universidad de Louisiana en Lafayete, que ha escrito un magnífico artículo sobre los efectos de este sistema, ha bautizado el área de los vertidos del agua de mar de regasificación del GNL como “zona muerta”.

Consecuentemente, los gobernadores de los estados ribereños de EE.UU. como California, Lusiana, Alabama y Mississipi ya han vetado algunas plantas regasificadoras solicitadas para operar en alta mar porque pretendían usar este sistema de regasificación con agua de mar. Ante estas decisiones gubernamentales algunos promotores de regasificadoras de GNL ya han notificado que modificarán el sistema de regasificación por el de tipo combustión sumergida (SCV) que utiliza el propio gas para regasificar el GNL. El problema es que es muchísimo más costoso ya que perderían de ganar millones de euros al año al utilizar el gas de su negocio para la regasificación del GNL. Por tanto la razón de utilizar el agua de mar es de tipo económico aunque, lógicamente, no están de acuerdo los ecologistas y por supuesto los mariscadores de la ría pues ven a sus empresas y trabajo en un serio peligro.

Por su parte, Reganosa informa que “el funcionamiento de la instalación no afecta a la calidad del agua ni de la fauna marina de la ría, según los informes elaborados por un equipo de científicos de las universidades de Santiago y de Vigo, con la participación de la Estación de Biología Marina de A Graña”. Yo he leído el informe y no dice eso. El lector estará de acuerdo conmigo si leyera este informe. En él se puede leer, entre otras cosas lo siguiente: “el único efecto importante podría ser el aporte de contaminantes (antifouling o biocida) al sistema que tendría una influencia negativa sobre las comunidades biológicas y los bancos marisqueros circundantes”, “El agua de mar de salida del sistema será estéril sin fitoplacton, larvas y otros zooplánctontes”, “La utilización del cloro del sistema antifouling durante el paso de agua de las instalaciones provocará una esterilización del agua del mar y en consecuencia un ligero empobrecimiento del placton en las áreas circundantes, incluyendo las larvas presentes en él”, etc.

Al no cuantificarse en el informe los daños, no debería, en mi opinión, ser aceptado como válido ni ser considerado como “favorable” por parte de la Administración medio ambiental de Galicia. No cabe duda de que los biólogos y expertos en ecología de EE.UU. e Italia y los que elaboraron el informe (así como los que aprobaron la Evaluación de Impacto Ambiental de estos vertidos) han estudiado en libros diferentes. Espero que nuestro probable y futuro alcalde de Ferrol, Sr. Irisarri, cumpla con la promesa de ir hasta el fondo en este asunto de los vertidos del agua de mar de Reganosa, ya que afectan a su ría y a sus mariscadores. No es solamente un tema del municipio de Mugardos.

Manuel Afonso Domínguez, es profesor de Plataformas Offshore de la UDC.

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06 2007

NO al CIRCUITO ABIERTO DE VAPORIZACION

Artículo publicado en INDEPENDENT WEEKLY

Environmentalists and oil companies square off over the rapid development of Liquefied Natural Gas terminals.
By Nathan Stubbs | 3/2/2005

TRADUCCION:Grupos de pescadores locales y medioambientalistas están luchando para alcanzar una fuerte posición en la carrera contra la industria de la energía que pretende construir nuevas terminales de GNL en la costa de Lusiana.
Cuatro instalaciones de GNL existen en EE.UU. incluyendo la de Lake Charles. Todas se han autorizado para trabajar con sistema de “Circuito Cerrado” el cual de forma continua recicla, en un sistema cerrado, el agua confinada en una piscina. Pero la nueva terminal de Shell se ha autorizado con sistema “Circuito Abierto de vaporización” y esa decisión está provocando la cólera de más de una docena de organizaciones cívicas y de negocios desde la Liga de Mujeres Votantes de San Tammany a la Asociación de Pescadores Unidos.
Los terminales que usan ORV “chupan” hasta 200 millones de galones de agua de mar al día (757 millones de litros) -junto con sus habitantes vivos- a través de un tipo de radiador y circula por unos paneles que tienen una temperatura de menos 260 ºF ( menos 162 ºC) . Luego el terminal descarga el agua al mar, ahora clorinada y sobre 20 ºF menos de temperatura (10 ºC).
Susan Mopper, directora del Centro de Lafayette para la Teconología de Medio ambiente y Ecología de la Universidad de Lusiana, dijo que la terminal de GNL tendrá un impacto importante en las poblaciones de pescado y crustáceos del Golfo. No poseería solamente una amenaza para los huevos y las delicadas larvas que representan la siguiente generación de pesca, si no que también lo sería para el diminuto plancton que es la base de la cadena alimentaria del Golfo. Mopper se estremece cuando considera el efecto de todos los terminales que utilizarían el sistema de “Circuito Abierto”.
“Van a esterilizar todo y eso será la peor cosa que pueda suceder en el Golfo” dice ella. “Esto es similar al concepto de zona muerta. Podría crear su propia zona muerta miniatura”

TEXTO ORIGINALLocal fisheries and environmental groups are struggling to catch up in the energy industry”™s race to construct a slew of new terminals off Louisiana”™s coast for importing Liquefied Natural Gas.
Four LNG facilities exist in the United States, including Trunkline LNG in Lake Charles. All of those sites are permitted as “closed loop” systems, which continuously recycle an enclosed pool of water. But Shell”™s new terminal is permitted as an “open rack vaporization” or open loop system “” and that decision is drawing the wrath of more than a dozen civic and business organizations from the League of Women Voters of St. Tammany to the United Commercial Fisherman”™s Association.
Terminals using ORV suck in up to 200 million gallons of sea water a day (along with its living inhabitants) through a radiator-like structure and run it over panels with a temperature of minus 260 degrees Fahrenheit. The terminal then discharges the water “” now chlorinated and about 20 degrees cooler “” back into the sea.
Susan Mopper, director of UL Lafayette Center for Ecology and Environmental Technology, says even one such LNG terminal could have a noticeable impact on the Gulf”™s fish and crustacean populations. Not only would the terminal pose a threat to the eggs and delicately drifting larvae that represent the area”™s next generation of fish, but it would also take in the tiny plankton that forms the base of the Gulf”™s food chain. Mopper shudders when she considers the effect of a whole fleet of open water LNG terminals.
“It”™s just going to sterilize everything, and that”™s the worst thing that can happen in the Gulf,” she says. “It”™s similar in concept to the dead zone. It could create its own miniature dead zone.”

Artículo completo en : http://www.theind.com/news2.asp?CID=1405114935

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10 2005